Uno de los principales focos de debate y de discusión en el mundo de las comunicaciones inalámbricas (gracias al Internet of Things ya no tiene sentido de hablar únicamente de telefonía) es, sin duda, la quinta generación de la tecnología móvil, la conocida como 5G, que se encuentra ya a la vuelta de la esquina. Aunque el objetivo es su despliegue en el año 2020, los últimos avances efectuados por las principales compañías hace pronosticar que incluso pueda adelantarse algo esa fecha. De hecho, una operadora italiana aseguraba recientemente que estaba en disposición de conectar la ciudad de Turín con esta nueva tecnología en 2018.
Sobre el papel (y por lo visto en las presentaciones realizadas en el reciente Mobile World Congress), 5G tiene todo lo que se le puede pedir a la evolución actual de nuestras redes. De acuerdo al consorcio Next Generation Mobile Networks será capaz de proporcionar velocidades de varios megabits por segundo (mbps) de descarga simultánea a decenas miles de usuarios en un mismo conjunto de antenas, una velocidad que podría superar el Gbps (gigabit por segundo) en condiciones ideales e incluso rozar los 20 Gbps para ciertos ciertos especiales. A esta mayor velocidad también se le sumará un menor tiempo de latencia, una cualidad especialmente demandada en el sector del IoT para aplicaciones de telemedicina, control remoto o metering en tiempo real.
Hasta noviembre de este año no habrá un documento oficial que explique qué debe ser el 5G, qué protocolos y desarrollos concretos debe usar o incluso en qué frecuencias debe operar. Pero en la actualidad son infinidad los fabricantes y operadores que están proponiendo diferentes alternativas de implementación y adaptando sus equipos para alcanzar una porción del pastel que supone la llegada de de esta nueva tecnología móvil.
Una vez aprobado este primer documento conjunto los diferentes actores podrán ponerse manos a la obra, fabricar equipo de red homologado y comenzar el despliegue de las primeras redes que, como suele ser habitual, no tendrán todas las capacidades que veremos en las redes 5G del futuro. Mientras tanto, se espera que la red LTE siga avanzando en paralelo para aumentar las velocidades de descarga y disminuyendo la latencia mientras el mercado se prepara para el desembargo de la nueva generación.